La Moda
Fin del siglo XX, mi adolescencia esta en pleno apogeo.
Soy objeto de estudio de los licenciados de marketing de la época.
Internet, recién esta llegando al país, es una novedad, hay películas que hacen referencia a una red de redes.
En la ciudad donde resido cuenta con la ventaja de ser la primer ciudad del interior en acceder a internet, gracias a contar con un Centro atómico y un INVAP que lo requieren.
Luego de la Capital Federal, llega a la ciudad donde disfruto de esa edad llena de miedos y pasiones nacientes.
Los primeros Cyber cafés afloran, con valores excesivos, inalcanzables e injustificables como para que los padres le otorguen dinero para tal uso a sus hijos.
Vivo a 25 Km del centro urbano, mi transporte usual es el público, colectivos. Estos pasan cada 20 minutos aproximadamente y tienen un promedio de 40 minutos hasta el destino final, el centro.
Para un adolescente de clase baja (con privilegios de media) es difícil ir hacia el centro, más que costoso es mucho tiempo.
Igualmente lo hacía para actividades por fuera del colegio, casi todos los días iba hacia ese centro.
Mi entretenimiento era un Walkman Sony. En cada viaje iba escuchando las radios locales, las cuales perdían potencia de señal al alejarse del centro.
Contaba con algunas radios favoritas, ubicadas en un acceso directo, prestación de la novedosa era digital. Que permitía sintonizar la radio con botones y tener preseleccionada algunas estaciones, haciendo un rápido zapping hasta encontrar la del gusto.
Este producto usaba dos pilas alcalinas AA, por lo general utilizaba Energizer o en su defecto DuraCell, pero siempre que podía elegía la primer marca mencionada.
Trataba de no usar los casettes, esto disminuía la capacidad de las pilas considerablemente, y si por alguna razón escuchaba casettes, no rebobinaba ni adelantaba. Lo que sonaba, era lo que se escuchaba.
En mi casa cuando podía grababa cuando llegaba las canciones que me gustaban de la radio, en preferencia usaba los cassettes vírgenes TDK.
Por mi personalidad un tanto tímida, no me gustaba hacer lo que hacían otros, de usar una lapicera BIC para rebobinar la cinta. Era mucho movimiento para hacer dentro de un colectivo, donde iban otros adolescentes, turistas y personas adultas.
En mi preadolescencia escuche la música que sugería la multitud. Artistas populares hacían su entrada a la ciudad por medio de las primeras radios satélites, radios de Buenos Aires que nos adelantaban lo que se escuchaba en la metrópolis.
Ricky Martin, Luis Miguel, y otros artistas sin apellido eran ídolos en tiempos de mi preadolescencia. También llegaba la importación de música brasileña playera.
No se sabía que decían los brasileros, pero se cantaba porque era pegadizo y alegre.
No era como estos tiempos, en los cuales uno puede googlear la letra de una canción. Y si tenías internet, como para intentar buscarlo deberías estar atento al presentador de la radio que nombre al artista y la canción porque sino de ningún otro modo sabrías que buscar.
Por influencia de ciertos compañeros, comencé a escuchar una estación de radio que pasaba música diferente a las demás radios. No tenían conductores, ni presentadores, era sólo música.
Pasaban música en Ingles, un pop rock internacional novedoso, ni siquiera las radios satélites de Buenos Aires pasaban tal música.
Resulta que Music Television (MTV) estaba en su apogeo, llegando a todos lados con nuevos videoclips llenos de efectos digitales, con nuevos artistas.
Una supuesta rebeldía del canal de televisión se mostraba irreverente, irrespetuoso con un supuesto status quo, los videos eran jóvenes con ropa extraña oscura, alguna tacha, algún cabello desordenado y con algún color.
La temática era casi siempre la burla contra el adulto, tirar basura, hacer alguna revuelta en la escuela, ante la aterrada mirada de una directora o profesora pacata.
Yo por supuesto de todo esto me enteré después. No tenía acceso al cable ni a MTV. Pero se podía apreciar por como la ropa, peinados en principio iban ajustándose a tales contenidos.
Creciendo en mi adolescencia, me ubiqué en un segmento musical que pocos escuchaban, luego descubrí que me interesaba la política y la economía cuando me topé con radios que me adelantaban las noticias que recibiríamos por Telenoche a las 20 hs con Cesar Mascetti y Monica Cahen D'anvers.
Mi despertar a las 5:45 de la mañana era con las noticias de Capital Federal (que como es normal ahora, son las que se consideran nacionales, por eso un perro en la 9 de julio rascándose es tendencia sin que tenga ningún efecto en el interior).
Desayunaba con mis hermanas y mis Padres. Daban gracias a Dios por un nuevo día y nos encomendaban para la jornada.
Luego tenía 40 minutos de escuchar lo que estaba sucediendo en el país,
Tal fue el beneficio de eso que en las clases de historia, y lo que se llamaba educación cívica no necesitaba de mucho mas estudio porque trataban los temas que había estado escuchando en el éter.
Por la tarde y noche descubrí otros programas que no sé si eran tan buenos, pero si eran de mi agrado adolescente. (a la distancia, eran horribles)
Descubrí el rock, y llegué a conocer hasta el mas pesado. Mi acceso a Buenos Aires me permitía tener las primicias de cada artista cool de la época.
Yo escuche el disco de La Renga con su nombre homónimo de 1998 antes que los supuestos fanáticos que usaban las remeras, mochilas y tenían stickers de la banda en las carpetas.
Fui testigo de como unos meses después muchos coreaban "el rebelde" poniendo cara de malos, o de la divina de patito feo porque nadie pasaba por esa esquina. Tal fue mi decepción al enterarme que unas décadas mas tarde, el discurso de tales rebeldes de antaño se transformaría en el de una persona con sweater a rombos y pelo engominado.
En esos días Mario Pergolini era el rey de la radiofonía. Había puesto a la Rock & Pop en primer lugar relegando a las radios mas pop de la época, La 100 y Fm HIT.
El mensaje era de rebeldía completa, desfachatez, burlas, ataques al diferente.
En ese momento habían dos grupos que eran los "diferentes", unos eran las personas corrientes que escuchaban a Luis Miguel, Cristian Castro, Ricky Martin y por supuesto los BackstreetBoys, Nsync, Britney spears, Spice Girls, etc.
El otro grupo de personas "diferentes" eran los de la música popular, cumbia, cuarteto, etc.
La radio de rock era lo cool, el que se burlaba de todos y que no podía ser burlado, era pesado, con "humor inteligente" y así nos ubicábamos los adolescentes en el rango de mercado objetivo.
Un tufillo de superioridad recorría las mentes de quienes estábamos dentro de ese grupo.
Quién les escribe sentía que estaba dentro de esa elite, a tal punto que llevaba este pensamiento a todos los ámbitos de mi vida, tanto el intelectual, el personal, la sociedad y lo mas terrible, el cuerpo, o llamado también: La Iglesia.
Considerar al otro como inferior a mi mismo era la premisa.
Tuve la gracia de contar con padres fueron rescatados de lo que el mundo determinaba para ellos, sumado a su esfuerzo pudieron entonces proveerme de educación que me ubicara en un sector que por origen no debería haber estado, pero en mis primeros pasos como persona estaba siendo guiado por una moda que me ubicaba en un modo de ver el mundo de tal manera que era desagradable a los ojos del creador.
Tuve diques de contención a la moda, porque mis padres no cedieron a proveerme todo lo que el mundo ofrecía, y no era solo por restricción económica, era porque así lo consideraban correcto.
Nunca se me dio ni la mínima chance de entrar en esa estúpida idea de que el adolescente decide por si mismo o descubre su mundo, sino que me acompañaron en tal proceso. Y no hablo de intervencionismo, ni de amiguismo. Sino que estaban al tanto de lo que ocurría en el entorno y siempre mantuvieron la pata espiritual ardiendo, tanto en la familia como en el cuerpo (la iglesia).
En mi juventud me he topado con adultos que dejaban a sus retoños librados a la mano invisible del mercado del mundo. Estaban viendo como eran zarandeados por todo viento de doctrina, todos estábamos viendo que eran el tamo llevado de un lado a otro, pero la conmiseración hacía su presentación sosteniendo una corriente de pensamiento pos 2000 que era que había que dejar ser (Laissez faire), dejar que cada uno encuentre por si mismo la luz, la revelación.
El resultado: una generación perdida, o a lo sumo luego de revolcones en las piedras llegan machucados al 2020 como la oveja perdida.
Resulta extraño que me ponga de ejemplo, pues rompe con todo análisis, pero no es el punto lo que yo hice o soy, sino mas bien de quienes me criaron.
Considero que hay una multiplicidad de factores que estuvieron obrando. No es todo tan simple como el Laissez Faire o el completo proteccionismo.
Porque ambos extremos están en función de lo que es y hace la parte responsable de imponer la educación. No se puede imponer reglas que no se creen ni se cumplen, por el solo hecho de mantener el control.
¿Pero y la moda? vuelvo al punto.
La moda pasó entonces, me acompaño en ciertos productos, en cierta ropa, (me compré unas zapatillas Nike de básquet que costaban $75, cuando debía comprarme las clásicas de tennis de $45 y tuve mi merecido reto, pero me las quedé)
Nike inaugura su línea Air, y las otras marcas comienzan a imitarla. Nike apuntó al público joven, similar estrategia que Pepsi, que buscaba quitarle mercado a Coca Cola mostrando como que quien no bebe tal bebida es un anciano, anticuado, etc.
Pepsi inaugura su slogan GeneratioNEXT con fuerte presencia con festivales, músicos y programas para jóvenes.
Nike, buscando imponerse ante Adidas realiza lo mismo, apoyado por el histrionismo de los jugadores de la NBA, ofrece calzado con colores raros, formas y diseños que no respetan la estética clásica de las zapatillas de tennis.
Reebok que tenía acuerdo con algunos jugadores de la NBA tiene que lanzar la versión Pump, un infladorcito en la zapatilla que supuestamente ajustaba el calzado al pié.
Ahí estábamos todos los adolescentes en busca de adquirir la zapatilla que nos permita ser parte de un grupo. Yo desfalque el presupuesto ese mes con mi Nike, que obviamente no mejoró en nada mi performance, pero eran facheras para cuando iba a un cumpleaños, reunión o evento.
En esos días de la mano del auge de Michael Jordan y la NBA se impuso en el país, (no me consta que haya ocurrido en otras latitudes) el uso de gorras viseras de clubes de básquet gringo.
Los preadolescentes de tal época aspiraban a tener alguna de las gorras, y cuando la adquirían tenían un ritual, que era doblarle la visera, de manera que quede curvo. Todo lo contrario a hoy en día que se busca que quede derecho. En ese fin de milenio quien usara una gorra con visera recta era considerado un tonto, un nerd, uno que todavía la mamá le hace la chocolatada.
A este segmento no pude entrar, esas gorras eran muy caras, pero todos la tenían, recuerdo que las mas usadas eran la de los Hornets, la de los Angeles Lakers y obviamente la de Chicago Bulls.
Después algunos las quemarían por considerar que eran diabólicas, pero ese es otro cuento.
En particular a mi me gustaba Phoenix Suns, no tenía ni idea como jugaban ni nada, tiempo después me di cuenta que ni clasificaba a playoffs casi nunca. (hasta este 2021 que son favoritos, ¡así que espero que ganen algo! por mi honor preadolescente).
No pude tener gorra.
En esos días también se robaban las gorras, en las peleas, la gorra era el trofeo, y ante lugares picantes si uno dormía era objeto del robo de las banditas que usaban gorra. Por lo que era resistido por los padres de esa época el uso de gorras, podías ser considerado de las banditas que hacían maldades en la calle. En los locales comerciales ponían cartel que no se podía entrar si usabas gorra.
La moda pasó y la transité con cierta música, cierto entretenimiento del momento y que abollaron un poco la conducta.
Con todas las cosas que he nombrado ya se que me he recibido de "viejo", pero hoy también asistimos a una moda que esta abollando.
No parece ser posible atacar la fuente de la moda, es mas parece ser infructuoso.
Pero si vemos como va acompañado de formas de pensar y de actuar.
Como en mis días donde se cantaba el rebelde y se fumaba en la parada de colectivo mientras se contaban anécdotas de cuanto pegaba una Cerveza Quilmes, hoy en día hay adolescentes y jóvenes buscando cantar su "rebelde" y mostrar que pueden "fumar" y "tomar" algo.
Solo porque consideran que deben mostrarlo.
La hipersexualización de la música es una derivación de un libertinaje que no responde a la mentalidad abierta sino a una adaptación de mercado, tal cual fue en mis años mozos, ¿o estos imberbes se creen que esto de la sexualización explícita es cosa de hoy?
En mi adolescencia, Britney Spears con 16 años cantaba vestida con uniforme escolar, con letras con doble sentido, gesticulaciones y sonidos que no son propios de una vocalización estándar.
En esos días hablaban de terminar con la hipocresía, con la pacatería, y de que solo era arte.
Nos estaban vendiendo un producto, los mismos de siempre, los dueños del capital tratando de adaptar su producto a una nueva generación.
La Renga era la biblia del rebelde ateo porque nombraba al diablo, y porque decía que estaba mal parado en una esquina en esa época del siglo pasado, todos creían que estaban yendo contra un status quo.
Hoy, la música canta mas sobre un ateísmo cool, le soplan al oído la palabra "agnóstico" mientras le van diciendo como tatuarse un capuchón de BIC abajo del pómulo.
El objetivo es el mismo, vender un producto al target deseoso de transgredir algo por transgredir.
Hoy asistimos a corrientes de pensamiento que dicen que esta bien drogarse, es cool, hay que decirlo, publicarlo, porque parece que el porrito no pega si no lo publicas.
En mis días era la parada de un colectivo, el lugar donde otros de tu edad podían verlo, debía ser mas presencial también la transgresión, la casa de un amigo, compañero, etc.
Hoy alcanza con una selfie, con un estado para "entendidos".
La droga que se consume es la que te permite tu segmento consumir, hay mucha mejor droga con mejores efectos, créeme, pero esa no esta destinada para tu target. Business are business
Existe mucho mejor alcohol que esa porquería que esta publicada en redes sociales, y en ciertos sectores está mal visto publicarlo, ¿Qué acaso sos un nuevo rico que tenés que estar publicando una marca?
Esto es por la segmentación del mercado. La moda es moda, pero dentro de la moda hay distintos segmentos.
Quien se crea cool debe saber que hay una moda mas cool a la cual no pertenece y no va a pertenecer porque es necesario que sea carne de cañón para el sostenimiento de un sistema.
Es necesario que crea que es rebelde en 2021 por un porro, por una puteada contra Dios y contra los que tienen cierta espiritualidad, porque la rebeldía no va contra todas las espiritualidades, sino contra aquella que despierta ciertas sonrisas.
En mis años mozos también lo viví, me mostraron una revista donde caricaturizaban al papa Juan Pablo II teniendo relaciones sexuales de manera grotesca, mientras me decían "me cag* en el papa".
Tal persona no sabía que yo no veneraba al pontífice de la iglesia católica, pero el mensaje cool de tales días era como lo es hoy, atacar a un frente común que sirva de ejemplo, sin un mínimo de comprensión a que se estaba atacando.
Mas allá de lo grotesco de esa revista cool para esos días, el uso de la religión oficial atacada como referencia era lo medular.
Esto es moda también.
Existen quienes piensan que uno debe estar fuera de la moda, abstraído totalmente. De esta manera uno estaría a salvo de las consecuencias de pertenecer.
Considero que a la moda uno la atraviesa, no se pregunta porque uno hace lo que hace o consume lo que consume.
En la matriz decisional de cada uno es donde esta la clave, hay ciertos factores personales que hacen que uno se vea afectado mas o menos.
Para cada segmento etario hay una moda, o cree usted señor mayor que es casualidad que use ese auto, esa ropa, esos productos que casualmente usan sus referentes y amigos. ¿Piensa que el uso de ese reloj en la muñeca es necesario? Hubo una época en que el reloj de muñeca desapareció para el grueso de la población, con la llegada de los celulares, la fracción de adolescentes de los 2005-2015 no uso relojes.
Desde el 2015 se levantó la razón de uso de relojes como la que tenía antes de los 90, el status. Por eso ve a adolescentes usando relojes sin saber los números romanos (perdón, se me escapó, me queda algún rezago del bardo de mi adolescencia).
A la moda uno simplemente la atraviesa, pero lo que esta en la matriz decisional como factor determinante de visión del mundo es lo que cuenta.
No es aquello que entra al cuerpo lo que contamina al hombre, sino lo que sale de este es lo que lo contamina.
Allí donde esta tu tesoro, allí estará tu corazón.
Quedarse a armar un listado de productos santificados es perder el tiempo. A lo sumo quedará encuadrado en un simple canon de buena imagen para la sociedad, ganará mucho de mundo pero perderá su alma.
Si la idea de salvar al joven es con la mera restricción porque si o que descubra el mundo con el laissez faire sin que exista una coherencia entre lo que se predica y lo que se es, no habrá buenos resultados.
No son las medidas en función de la moda lo que determina el resultado de las decisiones de las nuevas generaciones.
Uno debe ser, para poder hacer y luego decir.
No se podrá decirle a la generación que viene como afrontar la moda si no me saco la viga que tengo en mi ojo. Y esto no es por una cuestión de conducta, o valores. Uno debe ser.
¿Me da bronca que las nuevas generaciones se rompan el corazón, la mente y el espíritu? claro que si.
¿Estarán exentos de las consecuencias y el pago por sus transgresiones? no, pagarán por cada uno de ellos, salvo que sean alcanzados por la gracia.
Y de poder estar a la altura de revelar la gracia a otros depende de los que han podido pasar a través de la moda, disfrutarla sabiendo que todo eso se seca como la hierba y se marchita como la flor.
Bueno no mas chachara, me voy a sentar a ver en mi tele Samsung, mientras me como algo calentito con una Coca Cola, porque ya no soy un pibe, si los Phoenix Suns pueden contra los Angeles Lakers de Lebron James que tiene la caradurez de hacer la remake de SpaceJam de Michael Jordan.






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