La luna nos está siguiendo
“¡La luna
nos está siguiendo!”
dije sobre exaltado a mis padres, al observar que mientras
volvíamos a casa en auto este planeta de luz blanca más grande que las
estrellas iba en la misma dirección que nosotros.
Al plantear mis teorías astronómicas mi padre y mi madre
comienzan a explicarme que no era tal cual yo creía. A mí me parecieron
irrisorios sus argumentos.
En el colegió planteo lo mismo a compañeros y maestros que
se burlan de mi teoría, algunos de mis compañeros dicen: “tenés razón, nos
sigue, a mí también me pasó”
Uno plantea la teoría de que habían varias lunas, una
cuerno, una empanada, una pestaña y hasta una amarilla y que se turnaban para
salir. Esa era una locura, para mí era la luna que tenía la capacidad de tener
una metamorfosis.
Se dividen las escuelas, la escuela de la única luna
metamórfica contra la escuela de las múltiples lunas coordinadas. Cada uno
esgrime sus argumentos con fiereza tratando de dar por tierra los de la escuela
contraria.
Los de las múltiples lunas comienzan a ganar adeptos y
ridiculizan mi argumento:
“si el planeta luna cambia de forma, eso significa que el
planeta tierra también cambia de forma, y eso no pasa porque si no los chinos
desaparecerían o nosotros”
Casi me convencen, pero les rebatí indicando que la parte
que se transforma no altera el núcleo principal de la luna. Y que no tiene por
qué comportarse como la tierra.
Pero nuestros mayores, padres, profesores nos fueron
instruyendo acerca de lo que era la luna, el sol, y los astros, su movimiento y
otras yerbas.
Nos fuimos convenciendo al crecer de que la luna se
comportaba como decían nuestros padres y maestros.
Nos enseñan acerca de Copérnico, Galileo, Newton, Einstein,
etc.
Nos dicen que la luna no nos persigue, sino que es una
percepción óptica derivada del ángulo al objeto y desplazamiento, sumado a la
distancia del mismo. Al estar tan alejado el objeto, nuestro desplazamiento no
tiene un cambio sustancial como para dejarlo atrás, como con un objeto cercano.
Nos hablan de paralaje y de como algunos de los astrónomos
calculan distancias con este método.
Ya convencido de todo esto acepto que es como es, o como las
últimas teorías de la física y astronomía nos indican.
El
iluminismo y Ptolomeo
La era de explosión de la física y astronomía se da con la
del iluminismo, la ilustración. Esa época con tanta buena prensa, en la cual
todos los que hemos leído algún libro nos vestimos de gala y hacemos hi five.
Nos reímos entre nosotros, los ilustrados, porque hemos
alcanzado un conocimiento tal que cualquier otro conocimiento anterior resulta
absurdo y digno de burla.
Los iluminados comenzaron a establecer esquemas de
pensamiento de forma tal de unificar criterios, todo conocimiento es único, es concéntrico,
debe haber un método para conocer todas las cosas, solo es cuestión de
encontrar el objeto de estudio y establecer paralelismos.
Esto alcanzaría a la biología, a la anatomía, a la química,
etc. Las ciencias de la naturaleza se hacían un festín comprendiendo que las
cosas no estaban solo dadas, sino que tenían una explicación.
Ptolomeo en el siglo II D.C. había postulado que el sol, la
luna, los planetas y las estrellas giraban alrededor de la tierra. El sol y la
luna y planeta tenían movimiento propio, las estrellas eran fijas en un plano
último, límite del universo en forma de gran esfera.
Aquí con las estrellas de Ptolomeo podemos apreciar algo
parecido a “la luna nos sigue”, al no percibir la distancia no se comprendía
que pudieran estar en un movimiento tal que es imperceptible para nosotros.
La teoría ptolomaica fue sostenida y validada durante casi
15 siglos, y no se basaba en una mera intuición, sino que contaba con un
basamento de observación minuciosa y detallada, con una estructura matemática
que haría reprobar a estudiantes de ingeniería y ciencias exactas si los agarra
de improviso.
Su teoría geocéntrica ubicaba a la tierra en el centro y de
forma inamovible, es decir ni siquiera tenía el giro sobre su propio eje. Todo
giraba alrededor de la tierra.
Luego en orden creciente giraban la luna, Mercurio, Venus,
el Sol, Marte, Júpiter y Saturno.
En su obra Sintaxis Matemática o Almagesto involucra estos
conocimientos de la astronomía hasta ese tiempo y la matemática.
El tal Ptolomeo era un amante de las matemáticas, creía que
solo por ellas se hallaría la comprensión de todas las cosas, de ella sale el
conocimiento puro y verdadero, hasta incluso sería capaz de ayudar a los
teólogos a hallar a Dios.
En su obra donde las estrellas están en el límite, al
traspasarlas se encuentra “la morada de Dios y de todos los elegidos”. Pero
seamos justos, así como ahora se dicen cosas para la gilada, en ese tiempo
también la ciencia debía ser condescendiente con lo espiritual, aunque sea para
no ser linchado.
Cuenta con algunos teoremas a su nombre y su matemática se
ha usado para los geógrafos de la época, en el cálculo de distancias, tiempo y
estaciones.
Algunos indican que la astrología (si, dije astrología, no
astronomía) tal como hoy la conocemos cobra fuerza con las teorías de Ptolomeo,
ya que ese cielo estático donde las estrellas no se movían y solo se ofrecían
para captar las formas y figuras que conforman el zodiaco.
Los astros influían sobre la tierra, el verano, los
inviernos, el calor, el frio, la pesca y la luna etc.
Las estrellas servían de guía a los navegantes, se usaban
los sextantes, compases y cuadrantes, astrolabios, nocturlabios, etc.
La astrología hace uso de esas constelaciones y refuerza la
idea de que podrían influir en la vida de las personas. Pero esto ya es para
otra entrega.
Así y todo, resulta que la teoría ptolomaica es refutada,
dada por tierra y archivada como una anécdota científica de la astronomía.
Copérnico llega revalidando la teoría heliocéntrica y posteriormente Newton
aventaja a Copérnico con una física revolucionaria.
Toda la física tiene un problema al ir muy lejos y al ir muy
cerca, es decir en lo atómico y en la astronomía completa.
Los estudiosos de siglos posteriores traerían el estudio de
la ingeniería atómica y la teoría de la relatividad de Einstein nuclearía a
todas las ramas de la física, hasta no mucho más, porque se desarrollan luego
otras teorías más abarcativas y que explican mejor el “todo”.
Cada uno de ellos podría considerarse un iluminado respecto
de su antecesor. Y eso que estamos hablando de ciencias de la naturaleza.
¿Qué
ocurre en el caso de las ciencias del espíritu?
Ahí están desde el siglo XVII tratando de definir quién es
ilustrado y quien no y esto no termina allí porque luego de que las clases
acomodadas permitieran a la burguesía y a los trabajadores estudiar, resulta
que alcanzamos iluminación y esto nos confronta contra aquello heredado, la fe.
Algunos sostienen que tal como Ptolomeo, la ciencia ayuda a
encontrar a Dios de manera más rápida y fácil. Sostienen que ahora con todo el
conocimiento adquirido se llega a comprender como Dios hace las cosas, cosas
que antes eran ignoradas. Aquello que era aceptado por fe (dicen) ahora es
aceptado científicamente.
Entonces los iluminados comienzan a teorizar acerca de cómo
Dios hace las cosas, y porqué, algunos creen entender la mente creativa del
todopoderoso y le sonríen cómplices, como semidioses que han digerido bien el
fruto del conocimiento del bien y del mal.
Cuando otros iluminados se dan cuenta de su condición
religiosa le dicen: “verdaderamente este estaba con él, porque es galileo”
Y responden rápidamente: “hombre, no sé lo que dices, yo soy
ilustrado”
Los ilustrados suelen querer entender que la razón está por
encima de la fe, y si alguno quiere servir a dos señores en todo caso la razón
explica la fe.
Entonces surge la idea de que tal vez los endemoniados son
paranoicos, lunáticos, esquizofrénicos, que de alguna manera Jesús les dio
alivio teniendo compasión. Es decir, ni siquiera están de acuerdo con el diagnóstico
del texto, sino que además difieren en la medicina que el Cristo ha provisto.
De esta idea es que algunos ilustrados empiezan a teorizar
que fue “el amor” lo que cura a los pacientes psiquiátricos (antes
endemoniados) e indican un precepto religioso que se debe ser como Jesús y
“amar” para curar.
Todavía no termina este cuento porque llegan los que
coquetean con la neurociencia y asocian lo que produce el afecto y el amor de
un lado y del otro que provoca alivio, restauraciones y curaciones porque dicen
que el amor activa la serotonina por lo que la sanidad proviene del amor.
Claro está que tanto la serotonina y todas las reacciones
químicas de nuestro cerebro influyen en nuestro estado de ánimo y en la salud,
no se trata de rebatir aquí a la ciencia de moda de las columnas de radios AM
de la Argentina.
¿Pero que tiene que ver todo esto con la liberación de un
endemoniado por parte de Jesús?
No lo sé, talvez solo es una forma de negación de la fé.
Para que el resto de los ilustrados no nos saquen de su círculo intelectual.
Ya no voy a enredarme en este punto, así que pasaré a cuando
la ilustración quiere conciliar con los asuntos espirituales y llega a meter
sus recomendaciones probadas científicamente para un funcionamiento eficaz y
eficiente del cuerpo con muchos miembros.
Esta conciliación deriva en casos de recomendaciones de
managment donde establecen que el sistema de Tupperware puede generar los
mismos resultados si se realiza con la espiritualidad.
Acerca de
Tupperware
Cada familia cuenta con al menos un “taper” o “tupper”, esos
recipientes de plástico que sirven para guardar alimentos y estos a la
heladera.
Son productos simples, solo recipientes de plástico con
tapa.
Cuando los emprendedores se rompen la cabeza intentando
crear algo que rompa el mercado llega un producto simple que desde hace 75 años
es líder mundial en ventas y es uno de los productos reconocidos en todo el
mundo por su nombre.
El boom de ventas se da con un modelo de presentación de
productos de las mismas usuarias en la década del 50.
Nadie mejor para recomendar un producto que alguien quien lo
usa, mas allá de las recomendaciones de los estudiosos de marketing, el
compartir las bondades de un producto en uso es lo que permite a Tupperware
expandirse y multiplicar sus ventas de forma exponencial.
Las mismas amas de casa hacían reuniones en las casas,
tomaban un té y mostraban los productos, luego se tomaban los pedidos y se
entregaban los productos.
Las anfitrionas se quedaban con una comisión por venta que
era revolucionario, teniendo en cuenta la época, en los 50 en Estados Unidos la
mujer está en casa, los ingresos vienen del hombre proveedor, por lo que una
comisión por venta llevó incluso a desestabilizar el patrón de ingresos
familiar que consistía en una única entrada patriarcal.
Existe otro factor exógeno que influye, la finalización de
la segunda guerra mundial y el Baby Boom. Una explosión de nuevos nacimientos
posguerra cambia los hábitos de consumo y las cantidades, haciendo
indispensable el uso de los Tupperware.
Existía una demanda creciente de esos productos y muchas
mujeres con ansias de obtener un ingreso extra al compartir con sus amigas y
vecinas los beneficios de los productos.
En el 2020 Tupperware informó a sus inversores que las
ganancias anuales alcanzaron los 1740 millones de dólares, y se jacta de tener
presencia en todos los continentes, donde en América del sur vende casi 245
millones de dólares en producto.
El modelo de ventas de Tupperware fue tomado por otras
compañías, como la de cosméticos, y la de perfumes.
También el modelo fue copiado por los que quieren obtener un
ingreso sin entregar un producto digno.
Las famosas estafas piramidales se basan en el primitivo
modelo de recomendación de Tupperware, pero sin ofrecer un producto, sino
vendiendo la ilusión de crecimiento de ingresos rápido y con poco esfuerzo.
En las estafas piramidales de productos que solo existen
para pelear judicialmente, se alimentan de ilusión y de ambición. Esta
combinación permite vender “cremas para modelar el cuerpo”, jabones que cuestan
10 veces más que en el mercado y lavan 10 veces menos, etc.
Hoy en día las empresas de “productos que no sirven” mueven
millones de dólares en venta vía modelo de recomendación y comisión.
Es tal el movimiento de dinero que han usado la virtualidad en
la pandemia para multiplicar sus ventas. Así es que vemos a famosos en sus
redes sociales ofreciendo productos de “belleza” derivando como “consejo de
belleza” a una tercera cuenta, que ni maneja ni tiene su nombre para evitar
quedar pegados. Porque lo único que ha realizado es dar un “consejo”.
¿Y qué
ocurre con la ilustración del managment en la espiritualidad?
Es muy fácil compartir de una deidad si se genera una
pirámide con aspiraciones de ascenso, multiplicación y símbolos de
reconocimiento, poniéndole chimichurri y dulce de leche a Maslow y su pirámide
porque se da cuenta que si el sistema se cierra puede dársele reconocimiento y
satisfacer su necesidad dejando relegada hasta las fisiológicas.
Así un seguidor del camino puede convertirse en un líder
diamante o esmeralda y codearse con otros lideres diamantes, aprovechar los
beneficios de la delegación, la eficiencia de un sistema de Deming que hace que
haya una mejora continua eliminando las imperfecciones del sistema que lleva a
un crecimiento exponencial con mucha iluminación pero que no alumbra.
El modelo de eficiencia administrotécnica ha traído grandes
dolores de cabeza. Así como la interpretación científica o explicación de los
milagros lo ha hecho.
La búsqueda de un método de crecimiento tomado de una
estructura empresarial ha traído aparejado la idea de un concepto de éxito propio
del homo economicus.
Una de sus premisas es la racionalidad, la racionalidad
económica que lo lleva a pensar con la lógica de que siempre es mejor más que
menos.
Partiendo desde allí ya sale toda interpretación cruzada.
Entonces, mas grande es mejor que mas chico. Mas gente es
mejor que menos gente. Mas dinero es mejor que menos dinero, etc.
La métrica entonces de éxito está basado en que más es
preferible a menos (y si, es lógico, racionalmente y económicamente).
La misma administración como disciplina científica ha
sufrido transformaciones a lo largo del tiempo.
Lógicamente parte desde una visión puramente eficientista, afinada
como disciplina en la revolución industrial, por lo que la medición de tiempos,
estándares y espacios permitía lograr un optimo de producción a menores costos.
Los obreros eran materia prima, los cuales se les pagaba lo
mínimo indispensable para aceptar quedarse y no vagabundear o irse a otra industria.
Esto parece normal, pero como siempre ocurrió, los dueños de los capitales coluden
estableciendo márgenes de rentabilidad y de costos tal que el obrero o
trabajaba o se dedicaba al vagabundeo, y si quería ser vagabundo se topaba con
una ley del estado que prohibía vagabundear y era encarcelado u obligado a
trabajar.
Un sistema redondo.
Como el objeto de la eficiencia esta en la productividad, se
toma al obrero como un animal, como un buey, por lo que se asume que es vago
por naturaleza y que debe ser tratado como cualquier otro animal de carga,
controlado, azotado para que llegue a los estándares que físicamente puede lograr
por el don de fuerza que le ha dado Dios.
Existen escritos antiguos en los cuales la administración se
cruza con la ingeniería y producen tratados en los cuales miden el largo de los
brazos, y la velocidad de movimiento de cada extremidad, estableciendo estándares
de tiempo.
Si el obrero se lastimaba se reemplazaba por otro, simple.
Otras escuelas con foco en el trabajador le agregan la
motivación y la salubridad, encontrando que se puede ser aún mas eficiente
cuidando al trabajador, rotando de manera correcta, evitando accidentes y
pérdidas.
Esto tampoco surge por bondad de algunos, sino porque la
misma eficiencia se fue encontrando con huelgas, movimientos sociales, pero
sobre todo porque cuando ocurrían accidentes, toda la línea de producción se
frenaba, ocasionando una perdida. Es decir, la misma lógica eficientista busco
subsanar el problema del paro en la línea de producción.
En síntesis, la disciplina de la administración fue cambiando
sus enfoques de eficiencia y de como lograr los objetivos propuestos. Por lo
que se considera una disciplina que está en una constante evolución.
De esa constante evolución es que surgen ideas para
trasponerlas al ámbito espiritual.
Llega un iluminado a hacer un diagnóstico de una situación espiritual
en base a los 5 porqués (5 why) o dibuja un pescado aprovechando la referencia cristiana
para encontrar las causas de un problema.
O bien como indicamos anteriormente en la evolución de TupperWare
y el concepto de eficiencia que el mundo nos ofrece, encuentra una forma práctica
de compartir un mensaje y crecer y multiplicar de tal manera que en poco tiempo
toda rodilla se doblará y dirá que el sistema es el Señor, dejando en el camino
a un tendal de personas mutiladas.
¡Ya
comete la maldita naranja!
Ahora bien, existen ciertos conocimientos que son útiles y
que son provistos para cierta eficiencia. No se dejará a un neófito la
construcción de las bases de un edificio, o la de la red eléctrica interna.
Tampoco es de sabios minimizar conocimiento que de por sí no
proviene de nosotros mismos. Por lo que un diseñador puede proveernos de una
imagen armónica en una invitación, un buen contraste de letras, tamaños y
formatos.
Cuan bueno es que un redactor corrija las burradas que
escribo y ordene el palabrerío para que mis “ilustrados” conceptos no se licúen
en un mar de palabras esdrújulas.
El conocimiento no es lo dañino, y mucho menos la búsqueda
de alcanzar más de aquello.
Tal vez el problema esté cuando se pone la fe en el
conocimiento, y sobre todo en aquel que uno es especialista.
Así entonces ver en que otro no ha hecho, o no hace las
cosas como el especialista, preparado, iluminado, ilustrado sabe es lo que trae
corrosión.
Decirle a un hermano que lo que hizo con los niños no sirve
porque ahora ellos quieren entretenimiento y por ello pongo un papá Noel
cualquiera porque el tal Jesús paso de moda, y ahora vende el obeso abuelo de
color coca cola que cambia la navidad por “el espíritu de la navidad”. El
sonido es perfecto, ecualizado, inalámbrico, … pero no se escucha nada, porque
el oír es por la fe y el oír, por la …
Así también creer que porque un hermano o hermana no tiene
los títulos o libros que uno ha leído entonces este no tiene la capacidad de
interpretar la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta, es de una gravedad
terrible.
Escrito está que destruirá la sabiduría de los sabios y desechará
el entendimiento de los entendidos. El mundo no conoce a Dios por medio de la sabiduría,
sino por la locura de la predicación.
Si tu iluminación no te sirve para ponerte al servicio de
otro, si no te lleva a lavar los pies con mas eficiencia y devoción es en vano.
Me emociona los domingos a la mañana partir a encontrarme
con mis hermanos y ver que en las callecitas salen niños, jóvenes, adultos, de
distinta clase con el libro negro bajo el brazo y con el otro sosteniendo a su
pareja o amigo o compañero y saber que van a encontrarse como yo con alegría con
otros, sabiendo que la Luz del mundo es otro y no mi sapiensia.
Sabiendo que en la semana han puesto la luz por encima de la
repisa y no escondida en un cajón, el cajón que nos asegura que los demás no duden
de nuestra ilustración y digan:
“si, tu estabas con
el Galileo”.
Si no hay un hueco que no pueda ser explicado no hay fe. Y
esto no tiene que ver con una crítica al conocimiento, porque según una escuela
epistemológica, el conocimiento está ahí afuera lista para ser descubierta, el
resto es ego, egocentrismo, creer que la tierra, los planetas, el sol, la luna,
las estrellas y Dios giran alrededor de mí.
Sin fe es imposible agradar al creador dice un antiguo
texto.
Y por ahí cerca dice que por la fe entendemos haber sido
constituido el universo, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se
veía.
Bien, hasta aquí dejo este escrito porque el gallo está
cantando.





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